
Su diseño está inspirado en un modelo desarrollado en Guatemala, que ofrece microcréditos para mejoramiento y ampliación de viviendas, dirigido, principalmente, hacia personas en situación de pobreza.
La propuesta en el país ya pasó por un proceso de consulta con entidades gubernamentales como el Ministerio de Vivienda y con instituciones del sistema financiero salvadoreño.
Actualmente, la iniciativa se encuentra en su segundo tramo y busca el apoyo de microfinancieras que respalden el proyecto, explicó el coordinador de la propuesta de ley.
El modelo guatemalteco pretende “romper el esquema de los créditos hipotecarios”
Además de la construcción, el proyecto se orientó en la reparación de viviendas en zonas rurales.
En la mecánica del modelo, las familias interesadas en adquirir o mejorar su vivienda solicitan un microcrédito y hay instituciones encargadas de evaluar a los postulantes.
Si se trata de una familia que desea ampliar o mejorar su casa, se evalúa su capacidad de pago mensual y con base a eso, se financian sus necesidades más urgentes.
“Por ejemplo, si una familia puede pagar $40 mensuales, se puede invertir en su techo, que de estar dañado podría generar enfermedades en los habitantes”, sostuvo Canek.
Eso permite un proceso de financiamiento progresivo que se adapta a la responsabilidad de pago de cada hogar, ya que si paga puntualmente su crédito puede reparar y dignificar toda su vivienda.
La directora guatemalteca afirmó que la tasa moratoria del proyecto fue de cero por ciento y que benefició en un 71 % a mujeres.
La idea estaba respaldada por alianzas estratégicas con empresas constructoras y financieras.
En el país, Casalco busca que el Banco de Desarrollo de El Salvador (Bandesal) administre un fideicomiso que pueda financiar proyectos habitacionales para más de cien mil familias.
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