El 75 % de los empleos es susceptible de ser sustituido por máquinas en el
futuro.
Los robots están sustituyendo muchos
empleos, incluso los agrícolas.
Según un informe sobre desarrollo industrial del Banco Mundial, en El
Salvador el 75 % de los puestos de trabajo son susceptibles de automatizarse,
es decir, de sustituirse por máquinas o tecnología ya existente.Y los ejemplos están a la vista. Jaime García, investigador senior de la
escuela de negocios del INCAE, que visitó el país hace una semana, explicó, con
varios ejemplos, que hoy día ya no son necesarios los contadores, pues hay
programas informáticos que hacen todo el trabajo en menos tiempo. Hasta para
pedir la orden en un restaurante ya no es necesario un camarero, pues hay
máquinas que pueden hacerlo con rapidez.
El informe del Banco Mundial hace un ajuste al porcentaje de trabajos
susceptibles de automatización. Afirma que, en el caso de El Salvador, este
podría reducirse hasta el 46 % porque los bajos salarios harían una inversión
en tecnología menos rentable y por lo tanto, su adopción sería más lenta.
Otros países de la región están en las mismas condiciones y otros de
Latinoamérica, que están buscando el desarrollo, atenúan ese porcentaje con un
esfuerzo mayor por innovar.
Y las personas que menos ganan, son los más propensos a ser sustituidos.
“Si usted gana $40 la hora, tranquilos, todavía no va a llegar un robot a
sustituir su trabajo”.
5 millones de empleos peligran de perderse en 2020, según el Foro Económico Mundial.
Por esa razón, García afirma que “hay que adelantarse a los cambios y
planear estratégicamente” y respalda sus afirmaciones con datos globales sobre
los empleos perdidos en el mundo como consecuencia de la tecnología.
Según los datos del Foro Económico Mundial, para 2020 se van a perder 5
millones de empleos a causa de los robots y la inteligencia artificial. Daron
Acemoglu, un reconocido economista turco, estima que el número de empleos que
se perdieron por robots entre 1990 y 2007 ha sido de más de 670,000.
“La causa de que Detroit sea una ciudad quebrada no fue la apertura del
mercado ni la competencia. Fue que no se supieron adaptar al cambio”, agrega
García.
Y así, el experto ejemplifica con muchos casos lo que está ocurriendo en el
mundo: los abogados ya son desplazados por robots. Incluso los trabajos que
creíamos que son del futuro, ya han sido desplazados. Watson, por ejemplo, es
un robot que diagnostica y receta contra el cáncer. “El trabajo del futuro, que
es hoy, ya se está perdiendo”, agrega.
“El problema no es la tecnología, es cómo nosotros nos acercamos y
entendemos”, afirma.
Inversión en desarrollo humano
Por lo que hay que
seguir invirtiendo en desarrollo humano. “Hay que ser creativos, solucionar
problemas y seguir aprendiendo. Uno no puede decir que lo conoce todo. Hay que
saber comunicar y prepararse para la vida”, afirma. De lo contrario, las
empresas contratarán máquinas como Watson que desplazarán nuestras actividades
en la empresa.
En esto es clave la educación pues hoy día los ciudadanos deben aprender de
todo y para todo pues la exponencialidad de la tecnología lo solicita.
Cada año se calcula
que la población que está buscando trabajo crece en 50 mil personas; pero la
velocidad con que aumenta la creación de plazas no es suficiente para cubrir
dicha demanda.
Y no se pueden esperar que estos esfuerzos provengan solo de las
autoridades. Más bien, el reto es a que las empresas puedan impulsar esta
educación. ¿Cuántas empresas en la región están alineadas a esto? ¿Cómo estamos
ayudando para que las universidades se adapten al desarrollo del país?, se
pregunta.
Nuevos trabajos
El gran reto para las empresas, y también para el Gobierno, es que se le
ayude a los estudiantes de hoy a generar intereses que estén alineados con la
producción y demanda de mercado, para que las universidades se adapten a las
necesidades laborales del país y del mundo.
Las empresas también juegan un papel importante pues ahí es donde se están
creando pequeños emprendimientos tecnológicos innovadores que podrían
multiplicarse a través de asocios público-privados o concentrándose en clusters.
En Costa Rica, por ejemplo, empresas de equipos médicos han creado un
cluster muy importante que ha comenzado a despuntar las exportaciones hacia el
mundo y, por ende, le está dejando al país grandes beneficios económicos.
“Si no tenemos una estrategia, podemos perder más empleos en el futuro.
Pero si la creamos, podemos ser más productivos, más competitivos y mejorar la
economía”, afirma el experto.
Uno de los primeros pasos para que esto funcione es eliminar barreras y
pensar en las habilidades que necesitamos para que el país se sume a esta
cuarta revolución.
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